Fundación Gotas de Amor

La Fundación Gotas de Amor se encuentra en la ciudad de Apóstoles y cuenta con el apoyo de Italia para desarrollar su actividades; en relación a su colaboración y constate apoyo a la niñez en la ciudad. Los fundadores son Gerardo Pozzebon y su esposa Liliana Carmen Neschuk, y en entrevista con itMisiones, contaron cómo fue creado, por qué y su vínculo con el bel paese.

Surgimiento de la Fundación Gotas de Amor

En 1999 un grupo de pastores evangélicos se trasladaron a Apóstoles donde encontraron diferentes aspectos de Apóstoles en los que ellos pudieran colaborar a mejorar. Vieron muchos chicos deambulando por las calles, por ejemplo. Y sobre este punto fue en el que decidieron empezar a trabajar desde la Iglesia, ubicada en la calle Maipú. Empezaron dando la copa de leche y aumentando la cantidad. La gente colaboraba, aunque pertenecieran o no a la institución religiosa. Colaboraba la gente de Apóstoles, de Buenos Aires y también de Italia.

Para el 2003 este proyecto ya había crecido bastante. Contaban con 180 chicos, tanto a la mañana como a la tarde. Todos ellos tomando la copa de leche de lunes a viernes. Es así que ”nos vimos en la necesidad de comenzar algo más desafiante y establecimos lo que es la Fundación Gotas de Amor en la calle Urquiza 307. El 23 de octubre 2003 oficialmente tuvimos la personalidad jurídica”, aseguró Gerardo Pozzebon a itMisiones.

Cuando le preguntamos a Gerardo, por qué Apóstoles, contestó: “Creemos que Dios nos había llevado a ese lugar con un propósito. Aunque cuando fuimos no teníamos muy en claro cual. Pero a medida que estuvimos allí, andando, viendo, nos dimos cuenta en que podíamos ser útiles para la sociedad y la ciudad. Entonces creemos que Apóstoles estaba ya en el corazón de Dios y por eso nos llevó allí”. Y agregó: “La fundación no tiene una cuestión religiosa, si bien nosotros pertenecemos a una Iglesia, no es necesario que así sea. Legalmente no tiene una inclinación evangélica, no preguntamos a que Iglesia van, a todos se los atiende por igual, y ante sus necesidades tratamos de suplirle en la medida que podamos”.

La estrecha relación con Italia

Gerardo Pozzebon es nieto de italianos emigrados del Véneto y Piamonte, regiones al norte de Italia. Él, con su esposa Liliana y sus hijos conformaron una Fundación. La que, años más tarde, tuvo el sostén de italianos. “Tuvimos el apoyo para todo esto de la gente de Italia. La Asociación ‘Gocce d’Amore’, con su presidente Beniamino Bertini”, remarcó Gerardo. Y agregó “Beniamino se contactó a través de un amigo pastor de Italia, argentino pero que vivía allá, llamado Alfredo Castiglione. Al conocernos y relacionarse con nosotros le pareció bien, en conjunto, trabajar en pos de lo que nosotros estábamos haciendo y ayudarnos en la parte económica. Es por eso que decidimos que nuestra fundación se llame Gotas de Amor, es la traducción de Gocce d’amore”.

Actividades en Gotas de Amor

“Las actividades que llevamos a cabo ya las venimos haciendo de muchos años. Son diversos tipos de talleres. Nosotros creemos que la formación, capacitación, contención y la educación son fundamentales” dijo el presidente de la fundación a este medio.

Entre las actividades podemos encontrar: panadería, huerta, jardinería, costura, manualidades, fabricación de ojotas, entre otras. Dependen de la temporada, del material y también de los voluntarios que estén dando los talleres. Lo que se busca es, según Pozzebon: “que el chico pueda recibir algo distinto o algo más de lo que a lo mejor en la casa recibo la escuela”. Es por ello que también brindan apoyo escolar y practican diferentes deportes. Durante la pandemia, al no poder tener reuniones ni talleres, proveyeron de comida y ropa a los más necesitados. Alrededor de 50 chicos están apadrinados, a los cuales también se los ayuda con útiles escolares, calzados y medicina. Aunque de igual manera siempre se busca ayudar a todos en la medida de las posibilidades.

“Es mejor dar que recibir”

“Hay una expresión bíblica que dice: Es mejor dar que recibir” recordó Gerardo. Y reflexionó: “hay tanta gente que necesita y no solo hablo de la parte material, sino del tiempo. Hay gente, y en especial los niños, que necesitan que alguien esté ahí, mirándolos, dándoles importancia, escuchándolos. Que sepa que me tomo ese tiempo y ese espacio para él o ella. No solo dar material, sino dar cariño, tu hombro para consuelo. Dar una palabra de esperanza, de ánimo”. Y finalizó diciendo “¡Que bueno es que seamos nosotros aquellos que podamos dar al que lo necesita, sea lo que sea!”.