Movimiento Slow Food: desde Italia a Misiones

El movimiento Slow Food, la contrapuesta a la comida rápida. ¿Qué comemos cuando comemos fast food? Desde el centro de Roma este movimiento dio respuestas y propuestas para cambiar el paradigma de la alimentación, retornar a lo más simple y lo más sano. Hay que saber con qué estamos llenando la panza y contentando el corazón.

Cuándo y cómo

En Misiones se hizo extensivo el Slow Food. En entrevista con itMisiones, Andrea Núñez una de las co-fundadoras del convivium de Slow Food de Posadas, contó cómo fue ese nacimiento en el bel paese: “El Slow Food surgió a comienzo de los 90′ en Italia, cuando en pleno corazón de Roma iban a abrir un McDonald’s y la gente salió a manifestarse. No querían eso ahí. Y como contrapartida surgió Slow Food”.
La maravillosa posibilidad de ironizar con las palabras y nomenclaturas que brinda la lengua fue aprovechada por este movimiento, que como contraposición planteaba la comida lenta. Aquella sin tanto procesamiento que, en su afán de inmediatez, termina por perjudicar nuestros hábitos alimenticios. Respecto a este tema, Andrea Núñez dice: “Italia es el país de la comida lenta, de sentarse a comer, de la sobremesa“.

Núñez recordó cómo se empezó a desarrollar el Slow Food: “Carlos Petrini es el fundador de este movimiento, él lo explicaba diciendo que la agroindustria había explotado en Italia y que quien comía un plato típico no le sentía el gusto. Era porque los pimientos venían de otro lugar, donde los hacían industrialmente. Mientras que en la zona en Italia, donde antes se hacían los pimientos, se empezaron a hacer tulipanes para exportar”. El sistema de exportación e importación capitalista estaba copando la industria italiana.

Desembarco en el país del mate en pava y el asado a la estaca

A la Argentina el Slow Food llegó algunos años después de los turbulentos comienzos del 2000. Andrea dijo que Mara Montenegro lo vivió en Italia y quería traerlo a Misiones: “En Oberá se comenzó a armar grupos que se llaman convivium, son grupos que conviven alrededor de la alimentación”.
Según la entrevistada, Misiones hace algunos años tenía varios de estos grupos, actualmente se denominan: “comunidades del alimento”. Los primeros cuatro años trabajaron mucho sobre el Yopará: “nos sumamos a esa tradición”, dijo Andrea. Y una de las fechas más importantes dentro de las celebraciones del Slow Food en Posadas es “Terra Madre Mitaí”.

Andrea recordó: “El primer convivum fue en Oberá, después en Posadas que por mucho tiempo fue el que más socios tenía en Argentina, y luego el de Cuña Pirú”. El grupo de la capital misionera no tenga plantaciones ni produzca, por lo que tuvieron que volcarse a las abuelas para rescatar recetas. “Trabajamos con padres jóvenes, para que se concienticen y se pregunten qué les estoy dando de comer a mis hijos”. Con los niños implementaron un “laboratorio del gusto“, para que experimenten sabores y sepan qué les gusta, qué les provoca.

Slow food fatto in casa

El lema del Slow Food es “bueno, justo y limpio“, esas son las características que tiene que tener el alimento que se lleva al plato y al cuerpo. Esa comida tiene que ser buena, el precio debe ser justo tanto para el consumidor como para el vendedor y es fundamental que sea limpio. O sea, que no deje huella ecológica. Otro de los pilares es que el alimento sea local, por lo tanto no debe viajar más de 200 kilómetros para estar en el plato. “Es muy linda una manzana orgánica patagónica, pero si viene desde allá a Misiones ya está dejando una huella ecológica con el trasporte”, reflexionó Núñez.
También la entrevistada aseguró que “la naturaleza es sabia”, por lo que: “Pone donde vos vivís los nutrientes que tu cuerpo necesita para el lugar donde estás. Por eso es fundamental comer comida de estación“.

Bajo este panorama, Andrea Núñez aseguró que es importante retornar a las tradiciones culinarias ancestrales: “Hay que rescatar las tradiciones, recetas antiguas. Preguntarle a abuelas y madres, cocinar juntos. Revalorar la sobre mesa, compartir, traspasar oralmente las tradiciones”.
Finalizando Andrea contó que se pensaba hacer el encuentro de Slow Food argentino del 2020 en Misiones, pero debido al Covid-19 no se pudo realizar. “Ahora estamos viendo cómo nos reinventamos, para sobrevivir a la pandemia, a la virtualidad”.