La Universidad de Bologna, en Italia, esta entre las instituciones académicas más prestigiosas del mundo, fundada allá por el 1088. El paso de cualquier estudiante por esa casa de altos estudios es una experiencia digna de destacar. Allá por el 2014 estuvo Sebastián Chelaliche cuando realizó un intercambio estudiantil mientras estudiaba la licenciatura en Genética en la Universidad Nacional de Misiones. Y hoy en itMisiones te contamos su experiencia e impresiones de su paso por la universidad más antigua del mundo occidental.
Su llegada a la Universidad de Bologna
Aníbal Sebastián Chelaliche, nació en la localidad misionera de Jardín América hace 27 años. Proviene de una familia de ascendencia italiana por parte materna y húngara por parte paterna. También, se graduó como licenciado en Genética y especialista en Docencia Universitaria en la UNaM. Actualmente, su área de estudio esta volcada a la biología molecular de hongos de pudrición blanca y su posible uso como agentes de biorremediación de suelos contaminados. Además, se encuentra realizando el doctorado en Ciencias Aplicadas en la UNaM y la especialización en Bioinformática en la Universidad Nacional de Rosario.
Él comentó: “a la Universidad de Bologna llegue gracias a una beca internacional (Erasmus Mundus, específicamente la beca AMIDILA) de la cual fuimos partícipes varios estudiantes de la UNaM, de diferentes áreas de estudio, en el año 2014. Esta beca tenía una duración de 6 meses y tenía como objetivo que yo cursara en esa Universidad materias afines a la carrera de la licenciatura en Genética”.
Autor: Sebastián Chelaliche
Un momento revelador para el estudiante
De toda su experiencia, Chelaliche destacó una hecho muy particular cuando cursaba una materia del último año de la licenciatura en Ciencias Biológicas de la universidad bolognesa. “En esta, el profesor pedía que diseñemos experimentos frente a problemáticas específicas de la genética molecular. Se notaba que era una temática que le costaba a la clase pero a mi se me hacía bastante fácil. Por lo que en un momento después de terminar de explicar el planteamiento de mi forma de ver al experimento el profesor dice al resto de la clase hace falta que venga un argentino para mostrarnos cómo se hace ciencia”.
“Si bien sonó bastante despectivo al principio, yo no lo vi como un insulto. Más bien, lo vi como una realización de nuestra posición como argentinos en el ámbito académico. La potencialidad nuestra está al mismo nivel que muchas universidades prestigiosas y muchas veces fallamos en ver eso”, aclaró.
Estudiante de idioma, también
Uno de los principales desafíos que tienen las experiencias estudiantiles de argentinos en el extranjero es el idioma. Sobre todo aquellos en países que no son de habla hispana. Para Sebastián esto no fue la excepción.
Al respecto, comentó que estudio un poco de italiano antes de viajar, pero su nivel al arribar a península itálica era casi básico. “Por suerte, una vez llegado a Bologna, la Universidad ofrecía cursos de italiano para los becarios, lo que ayudó bastante. Sin embargo, poder vivir el idioma hace que uno rápidamente se acostumbre. Y ya al cabo de dos meses me pude defender bastante con el italiano. Para el final de mi estadía pude cursar varios exámenes finales en italiano sin problema”, añadió.
El encuentro con una cultura diferente
A varios años de su temporada en Italia como estudiante, el genetista aún recuerda con agrado aquella época. “Creo que lo que más me sorprendió fue la calidez de la gente, muchos me ayudaron a poder encontrar un lugar donde alquilar. Dentro de la facultad muchos me ayudaron a sobrepasar las dificultades relacionadas con la falta del idioma dentro de la universidad ¡hasta me enseñaron a preparar gnocchi!”, recordó.
En cuanto al aspecto cultural, aclaró que “no sé si podría decir que la cultura italiana dentro de Bologna es similar al resto del país. Esto se debe a que esa una ciudad que recibe a muchísimos estudiantes extranjeros. Sin embargo, me pareció una cultura muy jovial en muchos aspectos similar a la nuestra”.
Igualmente, señaló la principal enseñanza de su estancia en Bologna fue el hecho de comprender que “nuestra educación superior está a la altura de competir con universidades de alto prestigio. Es algo que tenemos que ser agradecidos con las oportunidades que nos da el hecho de tener a nuestro alcance oportunidades de formación que son independientes de nuestra posición social o económica. Que son esas mismas oportunidades la que el día de mañana pueden llegar a permitirnos ir a conocer lugares tan entrañables y hermosos como fue ir a Italia”.
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