Desde el pasado lunes 5 de julio personas del mundo entero homenajean y recuerdan a la gran artista italiana Raffaella Carrá. Referentes del ámbito de la música, la cultura, la política y el deporte, junto a distintas generaciones, recurrieron a sus redes sociales para compartir sentimientos, anécdotas y sobre todo la influencia que tuvo “La Carrá” en sus vidas. itMisiones.it se suma a los homenajes a partir distintas voces desde la tierra colorada.
“Raffaella marcó mi vida”
Muchas personalidades fueron y son amadas, admiradas, idolatradas, pero no son tantas las que te “marcan la vida”, las que te inspiran a una búsqueda personal y “te hacen quien sos”. Raffaella fue de ellas.
Una de las personas que mejor supo resumir esta experiencia, fue el director y dramaturgo argentino Alejandro Tantanián, al escribir en sus redes sociales: “No sería éste que soy si no hubieses cantado lo que cantaste”. Una afirmación corta, pero de una profundidad y una contundencia inmensa.
Con su estilo único, descontracturado y provocador, Raffaella “abrió cabezas y corazones”, y junto a otras expresiones, contribuyó a allanarnos el camino a generaciones enteras, en pos del avance en la visibilización y obtención de derechos y libertades. Esto la convirtió en un ícono del movimiento LGTBIQ+. También vale la pena recordar su sensibilidad social y su declarada ideología a favor de las causas de las mujeres y clase trabajadora.
Una referencia transgeneracional
Chiara Forni, tiene 24 años, es obereña y actualmente vive en Posadas. Es comunicadora, participa de diferentes ámbitos de la colectividad italiana y es directora de itMisiones.it.
“Raffaella marcó mi vida, porque su música es un ícono de liberación. En sus letras aparecen la liberación y la sexualidad femenina, las elecciones de vida, las identidades diversas. Hablaba de la mujer que puede desear y de la homosexualidad sin problemas. Tal vez hoy puede parecer un poco tonto, pero hay que entender que ella lo cantaba en otra época, en la que incluso tuvo censuras, en este y otros países”.
“Su ausencia sólo nos deja más presencia, porque en su rol reivindicador, sin mucho anuncio, sin mucho discurso, pero mediante su arte le dio voz a un montón de personas que no la tenían”, expresó Chiara.
Del tocadiscos a YouTube
Lucas Koziarski, tiene 26 años, es oriundo de Oberá y es director de cine. Como muchos de su generación, conoció a Raffaella a través de su familia. Recordó el fanatismo de su tía, quien hasta “se cortaba el cabello como ella”, y una sensación de “haber venido al mundo escuchando los hits de Raffaella”. Luego, a sus 12 años, y teniendo la posibilidad de una computadora en su cuarto, buscó no sólo la música, sino también la imagen a través del acceso a los videos en YouTube. Lucas contó que más allá de la música, siempre se sintió atraído por la actitud que expresaba la artista: “hago lo que quiero, persigo lo que me gusta, simplemente porque me gusta y me siento libre, creo que por ahí va el tema de la liberación. No sé si es contracultura, pero es ir contra el statu quo. Y me fascina eso, la transgresión inteligente”.
¡Addio censura, Raffaella presente!
Silvana Bogado, nació hace 40 años en Posadas y es abogada. Declara su amor y admiración hacia Raffaella, por considerarla una pionera en la difusión de las libertades sexuales de las mujeres y disidencias.
Silvana, se refirió a la censura que sufrió la artista, justamente por lo que implicaba ese mensaje liberador, en una América Latina que en los años 70 estaba gobernada mayoritariamente por dictaduras militares.
Corría el año 1978 y para poder presentarse en la Argentina y no tener problemas, Raffaella tuvo que cambiar parte de la letra de Hay que venir al sur, la versión en español de A far l’amore comincia tu. La línea que decía: “Para hacer bien el amor hay que venir al sur” fue cambiada por “Para enamorarse bien hay que venir al sur”.
“Ese mensaje de libertad sexual y más proviniendo de una mujer -lo cual era más escandaloso todavía- no estaba bien visto y no iba a ser permitido. Le hicieron cambiar la letra, pero el mensaje se conoció igual y perdura”.
Bailarla de chica, admirarla de adulta
Taia Cadoche, tiene años 45 y hace 10 que vive en Posadas. Es tatuadora, maquilladora y cosmetóloga. Recordó haber bailado las canciones de la Carrá siendo chica, y la realización de un sketch simulando el popular programa de tv Pronto Raffaella.
La consideró un ícono de las libertades sexuales y “una adelantada para la época, por las letras de sus canciones y sus coreografías”. También destacó que marcó tendencia con “su vestuario y su imagen, impuso el rubio, y el corte carré. Su música disco no había fiesta en que no suene”.
María Eugenia Maletti, tiene 47 años, vive en Eldorado y es profesora de Educación Especial.
“Desde muy chica conocí a Raffaella Carrá, la admiraba y me encantaba su música, en aquel tiempo me cortaba el pelo como ella y siempre hacía sus coreos en las reuniones familiares. Nunca dejé de escucharla y bailar su música. De grande comprendí sus letras y lo que fue y significó en esos años 70. Ella es y será una de las más grandes figuras de la música y perdurará por siempre”.
Foto de portada: gentileza Eduardo Balán
Un mito!
Totalmente!