Giulia Tofana fue una química italiana del siglo XVII. Sus contemporáneas la reconocían por sus productos cosmetológicos. Pero lo cierto, es que esta intrigante dama, hacía mucho más que cubrir o embellecer rostros. Era la artífice de un poderoso veneno que “liberó” a muchas italianas de sus respectivos esposos. Pero ¿qué tiene que ver San Nicolás?
Acqua Tofana o “Maná de San Nicolás de Bari”
Algunos de las místicas historias que rondan la figura de San Nicolás -actual icono navideño-, entre ellas, lo pintan como un aliado de las mujeres en aprietos. Esto debido a que impidió el asesinato de tres mujeres que fueron acosadas en la noche. Siguiendo esa línea, otra historia narra como un padre, a causa de la la falta de dinero, vendería a sus tres hijas. Pero gracias a San Nicolás, quien dejaba dinero en unas medias, las tres mujeres consiguieron una dote salvadora.
Quizá, por todo lo anterior, al Acqua Tofana la llamaban “Mana de San Nicolás de Bari”. O bien, simplemente se deba a que en la época este era un aceite milagroso, que no escaseaba en ninguna morada. Se lo vendía como esencia de los huesos del Santo. Aunque, Giulia Tofana proporcionaba una sustancia venenosa -incolora e inodora- en tal envase.
Las sospechas de Mozart
Como se ha mencionado, este veneno se cobró la vida de muchos esposos. Se estima que alrededor de 600 hombres perecieron bajo sus efectos. Tal es el caso que al descubrirse la existencia de la misma reinó un pánico colectivo. Incluso, años después Alessandro Ademollo un historiador del siglo XIX, investigó antiguos registros judiciales del Archivio di Stato di Roma. Con base en ello, acusó al padre Girolamo de Sant’Agnese en Agone -centro de Roma- de facilitar la pócima a algunas esposas. Incluso el flamante Mozart, en su lecho de muerte, temió estar sufriendo las consecuencias de la famosa pócima. Si bien hasta la fecha no se determinó el motivo de la muerte del compositor, tampoco se han hecho demasiadas alusiones a este veneno.
