Nicolas Gaudioso nació en Eldorado, Misiones. Actualmente vive en Torino, Italia. Mediante la Universidad Nacional de Misiones, y su propio esfuerzo, logró dedicarse a lo que siempre amó, el diseño automotriz.
Desde siempre
“Desde muy chico ya me gustaban los autos y todo el mundo del motorsport” nos asegura Nicolás Gaudioso. Nació en Eldorado, al norte de la provincia de Misiones, pero pasó algún tiempo en la capital, dice que tuvo suerte de estar en Posadas porque podía ver de cerca del mundo de la competición de autos. “Cuando éramos chicos nos regalaron a mi hermano y a mí un karting, por navidad, vivíamos arriba de eso” recuerda Nicolás.
Él estudió en la Universidad Nacional de Misiones, se recibió de Diseñador Industrial, en la Facultad de Artes y Diseño de Oberá. Un ex diseñador de autos le recomendó que hiciera esa carrera para poder seguir su sueño. En el año 2012 ganó un concurso para diseñar la nueva Cinquecento de Fiat. “Esa fue mi primera experiencia, salir solo de Misiones, ir hasta Mar el Plata. Me abrió muchas puertas en lo automotriz ese viaje”.
Finalizando la carrera, con un compañero quisieron hacer un auto eléctrico. “Si bien nos demoramos un poco más para terminar la carrera, nos dimos el lujo de hacer algo que nos gustaba. Ese mismo año concursé para la empresa de neumáticos Michelin, era un concurso mundial para diseñar autos para el futuro. Nos anotamos con unos amigos y salimos en 5to lugar a nivel mundial”. Nicolás se destacaba ente miles, y con nada más que perseverancia veía cada vez más cerca un futuro con el que soñaba de chico. Alguien le avisó que en Torino se abría la convocatoria para las becas en el “Istituto d’arte applicata e design”. Nicolás se anota y dos semanas después lo habían seleccionado.
“Yo soy un apasionado de lo automotriz”
Hay personas que no pueden hablar, ni pensar en otra cosa más que en ese tema que les vuelve locos. Siempre están pensando en cómo incorporar eso a su vida, o cómo podrían vivir de eso, o qué tan bueno sería si uno pudiera dedicarse todo el día a pensar en eso. A veces esas personas son tildadas de “obsesivas” o “monotemáticas”, pero en realidad eso que late dentro nuestro, es pasión. No hay manera de evadir algo que late dentro de uno cuando se hace algo que apasiona. Esto sentía y siente Nicolás. “La beca que gané es para un máster en Transportation Design, permite trabajar en cualquier medio de transporte. Abre muchísimas puertas” Esta instancia dura un año y medio, Nicolás dice que tiene suerte de poder ser compañero de gente de todas partes del mundo. Cree que lo que le hace creer es la interculturalidad.
“Al principio me costó mucho adaptarme, por el idioma. Un profesor que era el Jefe de Diseño de Nissan, me dijo que no hacía falta hablar ningún idioma, que si yo sabía comunicar con el dibujo era suficiente”. Nicolás se considera autodidacta para el diseño automotriz, eso le facilitó algunas cosas cuando se fue a Italia. En la segunda etapa de su Máster viajó a Mantova, a una exposición de lo mejor que tiene la industria automotriz.
La empresa Wacom, que fabrica tabletas para el dibujo digital, le había pedido a Nicolás que fuera a ese evento en calidad de embajador de la marca y dibujara los autos expuestos en ese lugar. Finalizó en febrero el máster que estaba haciendo, obtuvo la calificación máxima. Dice que se siente orgulloso.
¿De Italia? ¡la comida!
“Acá trabajé de todo un poco, viniendo de Latinoamérica uno aprende a hacer de todo para subsistir”, nos dice Nicolás con justa razón. Fue jardinero, trabajó en una herrería y hasta se dedicó a la battilastra (antigua profesión de moldear la chapa manualmente). “Lo que más me gusta de Italia es la comida, es increíble, tiene una calidad y un sabor incomparable”. Cuenta nuestro entrevistado que también lo que le gusta de la zona en la que vive es la pluriculturalidad. Y con el ojo del que conoce dice “además, lo que me encanta, es que en cada lugar de Italia hay un súper auto”.
“Estoy cumpliendo el sueño de mi vida acá, así que con eso, estoy hecho” asegura Nicolás. Para el futuro quiere seguir trabajando en Italia, conseguir un lugar donde poder continuar desarrollando su pasión. Agradece a su mamá, su hermano, abuela, tíos y familia “sin ellos no hubiera hecho nada”. Y en Italia encontró a los Bolognesi, otros eldoradense que lo están ayudando en esta pandemia. “Espero que esta historia sirva para que la gente siga sus sueños, no se den por vencidos, no hay mejor satisfacción que vivir el día a día haciendo lo que uno ama”. finaliza Nicolás con un tono de añoranza.
