La temporada de premiaciones ya ha pasado, pero siempre bueno recapitular un poco de las joyas del séptimo arte. La cinematografía italiana es una de las reconocidas por el público y la crítica internacional. Ese talante queda bastante marcado en la competencia de Mejor Película Extranjera de los Premios Oscar, la más reconocida entrega de premios. Una categoría donde Italia encabeza las victorias, por eso hoy repaso un poco de la trayectoria de Italia en la consagrada terna.
Un poco de historia
Desde 1929 la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, ubicada en la ciudad californiana de Los Ángeles en Estados Unidos, otorga los Premios Oscar. Son galardones en reconocimiento a la excelencia en los logros cinematográficos evaluados por los miembros de la Academia. Sin embargo, en sus primeras décadas de historia había poco reconocimiento para largometrajes por fuera del circuito estadounidense. Sin embargo de 1948 a 1956, la Academia concedió irregularmente premios honoríficos a las mejores películas en lengua extranjera exhibidas en Estados Unidos.
Esos reconocimientos no seguían un proceso competitivo, sino que consistían en un solo largometraje seleccionado por la Junta de Gobernadores de la Academia. Así, “El limpiabotas” (1946) de Vittorio De Sica, se volvió la primera película extranjera y la primera italiana en recibir el Óscar honorífico. También se reconoció a “Ladrones de bicicletas” (1948), también de Vittorio De Sica, una joya del neorealismo italiano.
Una trayectoria con marca imborrable
En mayor detalle, en la categoría de Mejor Película Extranjera de los premios Oscar, Italia ha logrado importantes triunfos con algunas de sus obras maestras del cine. Así, cuando se instauró el Óscar a la Mejor Película Extranjera en 1956, la cinta “La Strada” (1954) de Federico Fellini fue el primer filme en obtener el galardón. Al paso de los años, las películas ganadoras con una trayectoria que han dejado una marca indeleble en la historia del cine y han cautivado a millones de espectadores.
Entre ellas se encuentran algunas que seguramente te resultarán familiares. Federico Fellini ganó el premio en 1958 con su película “Las noches de Cabiria“, una conmovedora historia de una prostituta que busca desesperadamente amor y felicidad en las calles de Roma. Seis años después, Fellini volvió a triunfar con “8½“, un clásico que sigue a un director de cine que lucha por encontrar la inspiración mientras atraviesa una crisis personal y creativa.
De Sica a Sorrentino
En 1965, el director Vittorio De Sica se llevó el premio por su película “Ayer, hoy y mañana”, una comedia llena de humor y sensualidad que cuenta tres historias de amor ambientadas en diferentes épocas. En 1971, Elio Petri sorprendió al mundo con “Investigación sobre un ciudadano libre de toda sospecha”, una película que combina elementos de thriller, drama y sátira política para explorar los oscuros rincones de la mente humana. Al año siguiente, De Sica volvió a triunfar con “El jardín de los Finzi-Contini”, una emotiva historia de amor y pérdida ambientada en la Italia fascista de los años 30.
En 1975, Fellini volvió a sorprender con “Amarcord”, una cálida y nostálgica mirada a su infancia en la pequeña ciudad de Rimini, llena de personajes excéntricos y situaciones hilarantes. En 1990, Giuseppe Tornatore ganó el premio con su película “Cinema Paradiso“, una emotiva historia sobre un niño que descubre su pasión por el cine gracias a la ayuda de un viejo proyeccionista. Dos años después, Gabriele Salvatores triunfó con “Mediterráneo”, una comedia dramática sobre un grupo de soldados italianos que se quedan atrapados en una isla griega durante la Segunda Guerra Mundial.
En 1999, Roberto Benigni sorprendió al mundo con “La vida es bella”, una conmovedora historia de amor y sacrificio ambientada en un campo de concentración nazi. La película fue un gran éxito y ganó tres premios Oscar, incluyendo el premio a la Mejor Película Extranjera, Mejor Actor para Benigni y también fue nominada en la categoría principal. Por último, en 2014, Paolo Sorrentino ganó el premio con “La gran belleza“.
Una trayectoria con marca imborrable
En resumen, en su trayectoria, Italia obtuvo en la consagrada categoría 11 galardones y 29 nominaciones. Pero sin dudas, más allá de los números. Todos esos filmes han dejado una huella imborrable en la historia del cine italiano y mundial. Han cautivado a millones de espectadores gracias a sus historias emotivas, personajes fascinantes y escenas visualmente impresionantes. Desde las conmovedoras historias de amor y pérdida hasta las miradas nostálgicas a la infancia, estos largometrajes siguen siendo relevantes y populares hoy en día. Es una muestra de que se han consolidado a Italia como un país de cineastas talentosos y creativos.
