Arribó al gigante del streaming “Fue la mano de Dios” la última película del galardonado director italiano Paolo Sorrentino. Una pieza autobiográfica ambientada en la Nápoles de la década del 80, el arribo mesiánico de Maradona al club local y la tragedia familiar. Por eso no te pierdas esta nota sobre el ultimo suceso del cine italiano que está tan cerca del público argentino.
De Venecia al resto del mundo
El pasado 15 de diciembre Netflix estrenó mundialmente “Fue la mano de Dios”, meses después de haberse presentado en el 78º Festival Internacional de Cine de Venecia ¿Y de qué trata? Según el portal Sesacine es un “filme biográfico del cineasta Paolo Sorrentino, quien dirige, escribe y produce la cinta. La película narra cómo Maradona salvó indirectamente a Sorrentino de una muerte segura. Con 16 años el realizador perdió a sus padres en un accidente en las montañas durante un viaje, lugar donde siempre acudía con ellos. Sin embargo, esa vez hizo una excepción para quedarse en su ciudad natal, Nápoles, para ver el partido de fútbol de su ídolo”.
El largometraje respira un aire de nostalgia donde, a lo largo de su trama narra la dinámica familiar del joven protagonista Fabieto Schissa. Una historia familiar marcada por padres amorosos, infidelidades, el despertar sexual en la adolescencia, reuniones como discusiones familiares que llegan a veces hasta lo más grotesco y la pasión por el futbol y el Diego. Todo esto con la ciudad de Nápoles de trasfondo donde los rumores y la llegada al club local del 10 parece narrado como la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo. Eso mismo sin exagerar…
Realismo mágico a lo napolitano en Fue la mano de Dios
El filme se luce en sus actuaciones, cuidada fotografía, banda sonora y ambientación. No obstante tal vez las escenas demasiado largas llegaran a aburrir a los espectadores. Si bien es una obra autobiográfica a veces muchas situaciones familiares mostradas tienden al absurdo que cuesta considerarlas posibles en la vida real. Solo se puede entender eso como un realismo mágico con corte napolitano, donde sucesos estrafalarios y extraordinarios son tomados con total “normalidad”.
La esencia fellinesca
En la normalidad de lo grotesco también hay una esencia casi fellinesca en “Fue la mano de Dios”. Justamente, muchos críticos tildaron a Paolo Sorrentino como el nuevo Fellini, en especial por su anterior película “La gran belleza” con la cual ganó el Oscar a “Mejor película extranjera” en 2013. La galardona cinta es considerada como una reactualización al siglo XXI de la mismísima “Dolce Vita”.
Sin embargo a pesar de poder pecar de tomar grandes comparaciones, sin ir más lejos esa esencia de Fellini está ahí y no puede ser negada. Porque la película de Sorrentino toma pecho la concepción de que todo cine es autobiográfico junto a que la estética es más importante que la moralidad, y en mostrar sucesos cotidianos tan efímeros de la vida como la esencia de la historia. Inclusive, en la misma película un personaje narra un encuentro con Fellini en el que escucha decir al legendario director “que el cine no sirve para nada” ya que solo sirve para escapar de la realidad”.
Un espíritu maradoniano en fue la mano de Dios
Si bien la película podría funcionar sin todo el trasfondo anecdótico de la llegada de Maradona al Nápoli para realizar milagros futbolísticos no sería igual de efectiva. Igualmente, a más de un argentino fanático del 10 le tocara la fibra sensible, sobre todo por su reciente aniversario de su muerte. Con todo, “Fue la mano de Dios” es una digna y entretenida coming-of-age que destila emoción y amor hacia la ciudad napolitana que no te dejara indiferente.
Imagen de portada: Fotograma de “È stata la mano di Dio” (2021) de Paolo Sorrentino.