Muchos consideran a Walt Disney como el creador del cine de animación. Sin embargo, su verdadero padre fue el historietista Quirino Cristiani, un inmigrante italiano nacionalizado argentino. En esta nota hablaremos sobre él, también desentrañaremos el origen de los dibujos animados en la historia del séptimo arte.
Los inicios del cine
“Cuando hablamos del invento del cine generalmente pensamos en 1895 y la primera proyección pública de los hermanos Lumiére en el Salon Indien de París. Pero esta es una reducción propia de pensar la historia como una simple sucesión de datos. En realidad, lo que existe cuando emerge un invento es un proceso, un conjunto de descubrimientos y experiencias concatenados y relacionados a un contexto social y económico” comentó Carmen Ferreira, licenciada en Comunicación Social, docente e investigadora de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales (UNaM).
La licenciada señaló que en ese período Francia atravesaba la Revolución Industrial. Y se movilizaban una gran cantidad de trabajadores en las fábricas de las ciudades. Todas esas personabas demandaban entretenimientos después de arduas jornadas de trabajo.
El inventor de los dibujos animados
“Uno de aquellos inventores fue Émile Reynaud, también francés, quien diseñó un sistema para crear la ilusión de movimiento: dibujaba personajes en una larga tira de material transparente al que le había hecho ranuras para traccionarlo con engranajes. Estas figuras se proyectaban sobre un vidrio opaco, que a su vez, tenía dibujada la escenografía sobre la que los personajes iban relatando una historia. La tira de dibujos era traccionada frente a una lente retroiluminada. Los dibujos eran coloreados a mano, el hombre además creaba una música incidental para la exhibición, y cobraba una entrada para ver su espectáculo” detalló la comunicadora social.
“Fue Reynaud quien inventó al mismo tiempo la película ranurada, el dibujo animado, la comedia, el sonido sincronizado, el uso del color, la puesta en escena y el cobro de entradas. Todo lo que hoy se entiende por cine. Su primera proyección fue en 1888. Algunas de sus obras son Pobre Pierrot (1892) y Alrededor de una caseta de baño (1895)” agregó Ferreira.
El pionero argentino de los dibujos animados
“Reynaud murió en 1918 en un manicomio francés, pobre y deprimido. Sin saberlo había inventado el espectáculo cinematográfico, pero la sociedad de aquella época aún no estaba lista para comprenderlo” explicó la licenciada Ferreira. Años antes el pionero había tirado toda su producción al río Sena al considerarla obsoleta frente al avance tecnológico de los hermanos Lumiere. Mientras tanto, en Buenos Aires, Quirino Cristiani daba sus primeros pasos.
Según Infobae, el caricaturista nació en San Giulietta en 1896, en la región de Lombardía. A los cuatro años vino a la Argentina con su familia, y desde pequeño ya empezó a dar muestras de talento para el dibujo. Hasta practicaba observando el movimiento de animales del zoológico. Era todo un autodidacta con un breve paso en la Academia de Bellas Artes. Desde adolescente ya había publicado historietas en diarios.
Con casi veinte años Quirino fue contratado por Federico Valle, un empresario cinematográfico de origen italiano. La intención de Valle era utilizar los dibujos del joven para los informativos que producía. Ahí comenzaría el germen de una obra fundadora.
Los hitos
El caricaturista dibujaba las figuras en cartulina, luego las troquelaba y cosía todas las partes con el fin de darle movimiento. De esta forma, nació El Apóstol, el primer largometraje de dibujos animados de la historia. Su trama y protagonista era una sátira del presidente Yrigoyen, que lo mostraba subiendo al firmamento buscando al dios Júpiter con el objetivo de tener ayuda para limpiar la corrupción de Buenos Aires. El filme se estrenó el 9 de noviembre de 1917 y duró medio año en cartelera.
La obra fue hecha de forma solitaria, contaba con 58.000 dibujos, a 16 cuadros por segundo. En 1931 estrena otro hito, la primera película Peludópolis, el primer largometraje animado sonoro. Una sátira en blanco y negro del último gobierno de Yrigoyen y su derrocamiento.
La película fue un fracaso, a pesar de todo siguió manteniendo su estudio. En 1941 conoce y sorprende con su producción a Walt Disney y rechaza su oferta de trabajo. Quirino decidió quedarse en Argentina y seguir con su propio laboratorio de producción. Incluso, una vez declaró para la prensa “Disney è grande, ma io sono il primo”.
El final del padre de los dibujos animados
La fortuna no sonrió el artista, su estudio sufrió incendios a donde se perdieron importante material de archivo. Finalmente, murió en Bernal en 1984. A pesar del olvido en su última década recibió homenajes en Argentina e Italia. Tal vez hoy la mayoría de su obra se considera perdida, pero es innegable que Cristiani dibujó una marca imborrable en el celuloide de la historia.
