La literatura como tal es una categoría compleja debido a que varía el significado dependiendo el contexto. Como diría la canción de una banda española “según como se mire, todo depende”. Humberto Constantini lo sintió así.
Es el caso de la literatura y del arte las definiciones serán relativas. De este modo podemos pensar lo literario como el “arte de la palabra” por esa forma de narrar que irrumpe con el lenguaje cotidiano y trastoca los sentidos.
Pero también, citando al búlgaro Tzvetan Todorov la literatura puede ser “..un medio de tomar posición frente a los valores de la sociedad; digamos de una vez que es ideología. Toda literatura ha sido siempre ambos: arte e ideología”.
Este es el caso del escritor Humberto Constantini. Hijo único de una familia ítalo-judía; que imbricó lo ideológico en sus producciones artísticas.
Humberto Constantini y el arte político
Constantini se desempeñaba como veterinario, este oficio le permitía costear los gastos del día a día. Pero, en paralelo, se lo reconocía por sus escritos.
Cabe mencionar que de todas las profesiones, escribir lo apasionaba más ya que lo sacaba de su rutina. Asimismo, Humberto Constantini fue un activo militante que estuvo vinculado con los movimientos de izquierda.
Dictadura y exilio
Estuvo ligado al Partido Comunista que abandonó con el correr del tiempo para formar parte del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Hasta que fue perseguido por los militares durante el Proceso de Reorganización Nacional del 76. Algunas huellas de ese pasado histórico y político podemos entrever en el poema El futuro, perteneciente a su libro Más cuestiones con la vida. Cuyos versos dan cuenta de los abusos de autoridad; ejercido por los militares durante la dictadura del 76 en Argentina y lo expone de esta manera:
“Nadie nos metería por supuesto / en un atroz fantasmagórico Ford Falcon / ni mucho menos iríamos a aparecer al otro día / entre unos pastizales por Ezeiza / junto a un montón de cápsulas servidas; / ni dirían los diarios / con sus letras chiquitas y su fea sintaxis / cosas como “se procedió a identificarlos.”
Entonces, esta poesía política, de denuncia social, se ve reflejado en esta y otras producciones de Constantini. Su estilo no sólo pone en jaque al lector; sino que lo interpela y lo conmociona.
Humberto Constantini dio voz a todos los estratos sociales
Como dice el escritor británico Alan Moore: “El arte es una forma de hablar sin lenguaje, una forma de hablar directamente de corazón a corazón, de mente a mente. El arte es una forma de combatir la soledad”. Así, Constantini hablaba del amor como se puede ver en el poema Inmortal donde expone: “Pero eso fue hace un siglo / veinte siglos /cuando yo era mortal /cuando era tan mortal /tan boludo y mortal /que ni siquiera te quería /date cuenta.”
Escribía a los sectores proletarios, al obrero que trabajaba de sol a sol contando sus padecimientos, como se puede apreciar en estos versos “Trabajo, sí señor / no me caliento mucho / voy tirando. / Después hago lo mío.” También le hablaba a aquel que estaba a la expectativa de un trabajo digno como se puede ver en su cuento Un señor alto, rubio, de bigotes.
A su vez, le hablaba al solitario, a Gardel, a Borges, a los milicos, a los yanquis, al hombre común. Humberto Constantini le hablaba a todo aquel que esté dispuesto a leerlo y a dejarse maravillar por su peculiar forma de hablar. Se enfrentaba con todos poéticamente e invitaba al lector a hacer lo mismo.
Producciones y reconocimientos
Su postura ideológica lo llevó al exilio en México desde el año 1976 hasta el regreso de la democracia a la Argentina. No obstante, ese tiempo en el extranjero fue bien aprovechado por Humberto Constantini ya que continuó con sus obras teatrales, participó en algunos programas radiales y lo más relevante, recibió varias premiaciones por sus escritos. Fue reconocido en 1979 en un concurso de cuentos; también obtuvo el premio Casa de las Américas y el Premio Bellas Artes por su obre de teatro.
Constantini y la posteridad
Así este argentino con sangre italiana y judío quedará en la historia por trasmitir el amor hacia las letras y vincularlo de una manera perfecta y armoniosa con la política. Supo mostrarnos que el arte y la literatura también pueden ser un arma y una forma de sacarnos de nuestra zona de confort. Para ello se valió de los distintos géneros literarios, con el objetivo trasmitir esa conciencia crítica, para cambiar el mundo con el arte de la palabra.