¿Quién decidió que el 1 de enero fuera el primer día del año? ¿Y si hubo algún error? Lo cierto es que sí los hubo… Hoy decidimos pasarlos por alto y festejar el año que comienza. Pero, para alimentar la curiosidad te contamos qué cosas al respecto se han escondido bajo la alfombra de la historia.
El primer día del año se celebra en ¿enero, marzo o abril…?
Se dice que el fundador de Roma, Rómulo, creó el primer calendario romano en el siglo VII a.C. La luna fue el gran punto de referencia. El ciclo lunar proporcionaba cierta estabilidad que permitía contar 29 días por cada mes. El año tenía 10 meses y comenzaba el 21 de marzo o el 1 de abril.
En 153 a.C. los meses que faltaban (enero y febrero) fueron destinados al asedio y la conquista. Los meses pasaron a tener 29 o 31 días alternativamente. Por ende los años contaban con 355 días y cada cuatro años debían incorporarse dos meses “Mercedonio e Intercalar”.
Pero en los años del emperador Julio César, este decidió ajustar cuentas con el tiempo. Así se dio origen al calendario juliano en el año 46 a.C y se bautizó al séptimo mes con el nombre del monarca. En este calendario el 1 de enero inicia el año.
Del calendario juliano al calendario gregoriano ¿Qué pasó?
El calendario del emperador Julio César contaba con 365 días y 6 horas. Así cada 4 años se incorporaba un 24 de febrero adicional. Estos años eran conocidos como “bisiestos”. Hasta aquí la historia nos suena muy conocida. Pero ¿qué nos llevó a volver a cambiar de calendario?
Resulta que en el siglo XVI los astrónomos de la universidad de Salamanca descubrieron un pequeño fallo de cálculos. El año solar cuenta con 365 días y 5 horas, 49 minutos y doce segundos. En el calendario juliano se venían contando 11 minutos de más desde hace siglos. ¿Qué hacer? Las estaciones, las cosechas e incluso las festividades como la pascua, sufrían un desajuste con el siclo solar.
Esta vez fue el Papa quien incitó la reforma. Convocó a un congreso de sabios para que busquen una solución. Tuvieron que hacer un cambio contundente.
Días y años robados… ¿aún podría cambiar el primer día del año?
En 1582 al mes de octubre se le restaron 11 días. Es decir, el día siguiente al 4 de octubre de 1582 fue el 15 de octubre. Desde 1582 el Papa Gregorio XIII hizo extensivo el nuevo calendario “gregoriano” para todos los países de fe católica. Pero el cambio no fue bienvenido por todos. Muchas protestas se alzaron debido a que el sumo pontífice se estaba robando 11 días del año.
No obstante no fueron solo días los que se han robado… ¡también se han perdido 7 años! Esto sin embargo responde a un capricho de la fe. Cuando el monje Dionisio el exiguo estaba confeccionando el nuevo calendario “Gregoriano” decidió hacer un cambio.
Los años entonces se contabilizaban desde la asunción del monarca Dioclesiano, quien había perseguido ferozmente a los cristianos. Dionisio prefirió contabilizar los días desde el nacimiento de Cristo. Un evento mucho más significativo para su fe.
Salvo que el matemático planteó el nacimiento de Cristo 5 años después de la muerte del Herodes. Pero ¿cómo podría el emperador hacer la fatídica amenaza sobre el mesías si se hallaba muerto? Lo cierto es que, pronto se percataron del error. Pero el calendario ya estaba en uso y nadie se atrevió a cambiarlo nuevamente.
Tiempo después se descubrió que este fallo había restado 7 años a la historia. Además se habría descubierto que el nacimiento de Jesús se produjo a mediados de septiembre y no en diciembre… Si se produjera un nuevo cambio en el calendario y nuevamente la iglesia tomara las riendas ¿Acaso un nuevo año podría empezar en el noveno mes?