La biodiversidad misionera alberga más de medio millar de especies aves, más de la mitad de las de Argentina. Entre ellas, hay especies únicas y que corren peligro de extinción, tanto que están protegidas por ley. Siete especies de pájaros están protegidas bajo la figura de Monumentos Naturales provinciales.
Aves de todo tipo y tamaños
Las aves son animales vertebrados, que según National Geographic, con una anatomía que “refleja su capacidad para volar ya que en su momento la evolución obró para que colonizaran el cielo. Sus alas, están perfectamente diseñadas para erigirse en vuelo: el borde delantero es más grueso que el borde trasero, y están cubiertos de plumas que se estrechan hasta un punta”. Si bien, están adaptadas para volar, muchas pueden correr, saltar, nadar y bucear.
En Misiones hay una gran variedad de pájaros, desde características como el tamaño, el color de los plumajes, formas de picos, y un largo etcétera. Aquí puede encontrarse desde el ñandú, el ave más grande de América, hasta los más pequeños colibríes, solo en el Parque Nacional Iguazú pueden localizarse siete especies de picaflor. Todas distribuidas desde las selvas del norte a los campos del sur.
Siete pájaros fueron declarados Monumentos Naturales, no pueden ser objeto de ninguna actividad que afecte a su conservación. Algunas, como el águila harpía, el pato serrucho y el maracaná lomo rojo hace varios años que no se producen avistamientos. Otros -como los siguientes- hay más posibilidades de avistarlos, a unos más que otros.
El ave emblema
El tucán grande (Ramphastos toco) es prácticamente un símbolo cultural para Misiones, sobre todo después de una fuerte campaña turística hecha a nivel nacional en la década de 1980. Es la única clasificada como preocupación menor en el estado de conservación de las aves monumentos. Aunque, su hábitat natural disminuyó y es perseguida por el mercado de mascotas.
El Ministerio de Ecología la describe como: “ave arborícola y de grupos muy ruidosos, de vuelo ondulado y alto. Colores llamativos, pico grande de color anaranjado y amarillo con ápice negro. Cola larga que utilizan para apoyar la cabeza al dormir. Nidifican en huecos de árboles o barrancas. Se alimentan de frutas, huevos y pichones de otras aves. Habita selvas, bosques y capueras del noreste y noroeste argentino”.
El más bello del pastizal
El yetapá de collar (Alectrurus risora), o también llamada tijereta del campo o güira yetapá -cola de tijera en guaraní-.Según el Ministerio de Ecología es una “especie es muy llamativa por sus características. El macho se diferencia por su larga y anchas timoneras que flamean en vuelo, su parte dorsal y cuello es de color negro y garganta rojiza. La hembra (31 cm) en cambio es distinta, relativamente más grande que el macho (20 cm), el color pardusco de su dorso y posee alargadas timoneras más cortas y finas”.
Su población y hábitat natural ha disminuido bastante con los años. Se concentra, principalmente, en el noreste de Argentina y sur de Paraguay. Es posible avistarlo en pastizales húmedos como los esteros correntinos. Hace pocos años, en el suroeste de Misiones, pudo verse cerca del arroyo Mártires de la localidad de Nemesio Parma.
Las aves con guardianes
El tordo amarillo (Xanthopsar flavus) en Argentina, según el CONICET, apenas hay más de 600 individuos de distribución fragmentada y dispersa. Existen iniciativas y proyectos para su búsqueda, monitoreo, relevamientos y protección de nidos. En Argentina, en las provincias de Corrientes, Entre Ríos y el sur de Misiones en pastizales y pantanales en áreas abiertas.
El Ministerio de Ecología describe su dimorfismo sexual: “el macho luce la parte dorsal y la cola negra, mientras que la parte superior de la cabeza, cuello hombros, rabadilla, zona ventral y subcaudal es de amarillo oro muy notable. En cambio, la hembra posee un plumaje más pálido con la parte dorsal parda olivácea estriada y la cabeza, zona ventral y rabadilla, de color amarillo de un tono mucho más apagado que el macho.
Un pájaro raro y ocasional en Argentina
La base de datos eBird describe al charao (Amazona Pretrei) como un loro grande, en su mayoría verde, con grandes manchas rojas alrededor de los ojos, la frente, en el borde delantero del ala y los hombros. Se distribuye de forma irregular; principalmente los bosques de Pino Paraná (Araucaria angustifolia) de la selva paranaense de Brasil y Argentina, un planta también en peligro de extinción. Suele confundirse con el loro vinoso, ya que comparten los mismos espacios y tienen manchas rojas en la cabeza.
Al igual que los mamíferos, la belleza de la avifauna está amenazada por el avance del hombre. A pesar de todo, en la provincia, hay esperanza de que esto algún día cambie. Y que los pájaros sigan volando por la selva y los pastizales misioneros.
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