El mes de octubre se presta para hablar de cine de terror e historias de ultratumba. También, para tener en cuenta a una de sus máximas referentes: las brujas. Figuras de la noche que han sido a lo largo de los siglos símbolo de persecución, incógnita, sabiduría, maldad y, en las últimas décadas, de reivindicación feminista. Han sido heroínas o villanas en cientos de historias, libros y películas. Aprovechando la víspera de la “Noche de Brujas”, hoy te contamos, el origen mitológico de estos seres mágicos y su presencia en nuestra tierra colorada.
Trivia e Invidia, las brujas originales
En la Antigua Roma la deidad Trivia, o su equivalente griega Hécate, era considerada la diosa de las encrucijadas, la magia, la brujería, de las hierbas medicinales y plantas venenosas. Los antiguos romanos la adoraban para buscar la buena fortuna, la curación de alguna enfermedad o lanzar maldiciones. Es más, el Museo Cívico Arqueológico de Bologna posee tabillas de plomo de más 1600 años de antigüedad. Están escritas en latín y griego con una invocación a la “reina de los fantasmas”, con maldiciones asesinas hacia un veterinario y un senador.
Otra deidad romana pero nada benevolente, considerada como la antecesora de las brujas, es Invidia, la personificación de la venganza y los celos. De acuerdo a “Metamofosis” del poeta Ovidio era la equivalente romana a las diosas griegas Némesis y Ptono. La palabra latina “invidia” puede interpretarse como “mirada hostil”, una mirada fuerte como agresiva que se la relacionaba con el mal de ojo, o como decimos los misioneros “ojeo”.
El ojeo
Según “Misiones y sus leyendas” de la escritora Elsa Pasteknik, por estos lares, el ojeo no es solo una superstición de los nativos. Los extranjeros residentes en la provincia tienen la costumbre de atar a los niños o los animales queridos una cinta de color rojo. “¿Y eso? ¿Para qué es? Viene la contestación clásica: y bueno… es para el mal de ojo, porque sabe, hay quienes tienen la vista muy fuerte y pueden ojear a la criatura…” dice Pasteknik en su libro.
El mal de ojo, además, se puede considerar una maldición casi de manual de cualquier bruja que se respete. Y de que las hay, las hay, en Misiones también. En ocasiones, sus prácticas pueden combinar elementos europeos y cristianos, a costumbres originarias como el “payé” o del mestizaje de la cultura afroamericana como la “macumba”.
Las brujas de la tierra colorada
En Misiones existen pueblos donde hay mujeres consideradas sabias, o versadas en medicina tradicional, que prestan o venden sus servicios a la comunidad. Algunas realizan trabajos de adivinación, lectura de la buena fortuna, o hechizos de amor. Hasta hay casos de mujeres con dones especiales para la curación, incluso personas de otros puntos de Argentina, o países vecinos vienen a “atenderse” con ellas. Muchos consideran a estas señoras como brujas o curanderas.
La escritora Elsa Pasteknik considera que las brujas misioneras no se diferenciaban mucho del estereotipo europeo, elementos como la escoba voladora, los aquelarres y el sabbat. Esto se debe a que vinieron con la gran afluencia de colonos extranjeros a la región. No obstante, tienen algunas peculiaridades que la hacen “distintas”. Aquí suelen ser la séptima hija nacida sin varón intermedio, como la versión femenina de la maldición del lobizón.
Brujas buenas y dulzonas
“En una oportunidad, conversando con un paisano de la costa del Uruguay, Rivero de apellido, este me explicaba el carácter de las brujas. Me decía que eran gustadoras de dulces que acostumbraban a robar de las casas de familias; que pasaban a través del agujero de las cerraduras; que unas eran buenas y otras eran malas, es decir, unas eran similares a las hadas asiáticas y europeas, y otras malas como las autenticas brujas de allende del mar. Pero lo más extraño fue el cuadro que me pinto en una ocasión que las escucho riendo mientras ellas volaban por los aires” cuenta Pasteknik en “Misiones y sus leyendas”.
Hace algunos años hubo un aparente avistamiento de una bruja volando por la localidad misionera de Colonia Victoria. El suceso se difundió en medios nacionales. Sola falta para concluir respecto al tema citar a Pasteknik que comenta: “en Misiones las brujas son hasta amables… Posiblemente sea el clima que las humanizo… O los dulces, que suelen robar de las alacenas en sus noches de jolgorio”.
Advertencia al lector: si estas en Misiones en la noche del 31 de octubre poné a resguardo tus golosinas o caramelos. Nunca se sabe si una bruja se puede colar por la cerradura de tu casa para robarlos.