Las narraciones orales son fundamentales dentro de un pueblo, y se transmiten de una generación a otra. Contamos con una gran cantidad de leyendas misioneras, como el Karaí Octubre o el Niño Perdido, por nombrar sólo algunas. Con el tiempo se suman nuevas leyendas, como el caso de la bicicleta abandonada en el Hospital Madariaga.
De esta manera, a lo largo de todo el territorio provincial, se pueden escuchar historias que ponen los pelos de punta o sorprenden a quienes no habitan en nuestra región. Lo importante es que cumplen una función, atemorizan o relatan algo en las tertulias.
¿Cómo revertir las leyendas misioneras y sus resultados?
Los personajes legendarios suelen aparecer en el cotidiano. Y, ante determinados hechos suelen atribuirles la responsabilidad a ellos. En ese caso, los ciudadanos saben cómo “negociar” y realizan prácticas tradicionales. El yopará para espantar al Karaí Octubre, o el tabaco para ganar la confianza del Yasy Yateré.
También los personajes legendarios traen avisos. Como el Pitogué, un pájaro de malagüero que solo anuncia desgracias o suele avisar que en ese hogar hay una mujer embarazada. Aunque, en este punto se distorsiona con el relato original.
El conocimiento de las leyendas misioneras como la del Pomberito hace unos años permitió que se encontrara a un niño. Siguiendo la creencia popular que daba cuenta del lugar exacto en dónde podría estar el infante.
Las leyendas más famosas de la provincia
La Aparecida, se trata de una dama vestida de blanco que se manifiesta por lo general a la noche, según el relato popular. La vieron tanto en Apóstoles, como en Candelaria. Y coinciden en la sensación de terror que infundió su presencia.
En el caso de Apóstoles un taxista afirmó haber llevado a una dama hasta el cementerio de esa localidad que se esfumó de la nada. Mientras tanto en Candelaria, se dice que cuando la ciudad recién se estaba poblando, un vecino del lugar la veía al regreso de sus largos viajes a Buenos Aires.
También en Candelaria existe la leyenda del niño perdido que cuenta la historia de un joven arrastrado por las aguas del río Paraná. Como nunca más se lo vio decidieron bautizar un pequeño arroyito como “El niño Perdido” y poner una cruz en nombre de ese que nunca más volvió.
La bicicleta abandonada en el Hospital Madariaga ¿una nueva leyenda urbana?
En el Hospital Ramón Madariaga ubicado en la ciudad de Posadas se generó un revuelo virtual en estos días por una bicicleta encadenada que, al parecer, se encuentra allí hace mucho tiempo. Todo surgió a partir de un posteo donde el autor, Ricardo Fabián Benítez, hablaba de la “Bicicleta Misteriosa”
La publicación decía: “una misteriosa bicicleta se encuentra encadenada a una farola del pasillo principal… testigo muda de tantos momentos dolorosos y otros felices de muchas de las personas… reposa amarrada a la espera y al tiempo… mientras tanto yo, parado frente a ella imagino las causas por la que su dueño ya no regresó”.
¿Qué se dijo sobre este nuevo fenómeno legendario?
A partir de este posteo se barajaron muchas hipótesis, los usuarios exponían que el dueño falleció hace años, otros que entró al hospital y jamás salió. Mientras que otras versiones dicen que el propietario está en un centro psiquiátrico.
También se generaron otros relatos de tinte fantasmagóricos y alegaron que la bicicleta está maldita. Dado a que al intentar acercarse a la misma genera todo tipo de sensaciones desagradables. Y de a poco, la bicicleta se convirtió en una leyenda urbana en nuestra provincia y cobró relevancia a nivel nacional.
Leyendas misioneras que ya no infunden miedo pero sí respeto
Con el transcurrir del tiempo, determinadas historias van perdiendo veracidad, asustando solo a los niños y a algún extranjero que visita la provincia. Ya que a los ciudadanos estos relatos les resultan familiares, porque crecieron escuchando las leyendas misioneras, y ya no trasmite temor pero sí evitan provocarlos.
Así, como diría Roberto Abínzano en A la huelga sí “Cada vez nuestras huelgas hacen menos efecto. El mundo moderno no nos quiere, ni cree en nosotros; ahora existen otros monstruos y seres terroríficos con mayor poder y eficacia, y lo que es peor para nosotros, son reales, habitan el mismo mundo que los hombres y forman parte de ellos. Son indistinguibles…”
Pese a que las nuevas generaciones descreen varias leyendas misioneras,y que el mundo moderno tiene otros monstruos; los clásicos no dejan de coexistir en la memoria colectiva sumándose otros relatos que dan mucho para decir.