Este 13 de agosto, esta gran familia de ascendencia italiana, se reunirá. Asistirán tíos, primos, sobrinos, nietos, dispersos entre Argentina y Brasil. La reunión se llevará a cabo en el Parque de las naciones de Oberá ¡Una celebración a pura italianidad!
Una familia numerosa
Esta historia familiar que comienza en 1889, cuando María Fortunata Simonetto viuda de Angelo Bragagnolo decida dejar la Italia natal. Este viaje lo emprende con sus tres hijos. Entre ellos, Giovani Bapttista Bragagnolo, quien se había casado con Elisabetta Guidolin, y ya tenían un pequeño. El nieto que cruzo el osceano; Angelo Bragagnolo. La familia se instala en Brasil.
En un nuevo continente, en un país con una lengua extraña, la pequeña familia, vuelve a empezar. Pero rontamente, dejan de ser una pequeña familia.
Giovani Bapttista Bragagnolo, se asienta en la región de Porto Santos. Tristemente, al morir, no hubo consuelo que reconciliara a Elisabetta Giudolin con estas tierras. Por ello, decide embarcarse de regreso a la madre patria. Pero Angelo de 15 años, que ya había cruzado una vez en su breve vida ese inmenso cuerpo de agua, decide no hacerlo.
Una rama de la familia de este lado del charco
Angelo Bragagnolo, no solo decide quedarse en América, sino que emprende su propia aventura. Hoy su nieto, Don Queco Bregagnolo relata su historia. Cuenta que en 1903 Angelo Bragagnolo, a sus 15 años cruzó el Uruguay. Pasó desde Porto Lucena Brasil, hasta Puerto Rosario, Misiones, Argentina.
Estamos hablando de la primera década del 1900. De una insipiente provincia misionera, reverberante de selva. Quienes se adentraban en sus misterios, podían validar su suerte obteniendo tierras, cultivando un suelo fructífero, sorprendiéndose. O bien, podían sucumbir en el entramado de lo desconocido.
A Angelo, la fortuna le sonrió, fue uno de esos aventureros que cimento la historia provincial. Tras un largo y arduo trajinar por la provincia decide radicarse en Bonpland. Allí conoce a Santina Graziosetti. Aúnan sus caminos, se casan y tiene 6 hijos, incluido Orlando “Queco” Bregagnolo. Así, poco a poco, la familia se expande de este lado del charco.
La fiesta
Desde 2004, los descendientes de María Fortunata Simonetto y Angelo Bragagnolose reúnen a celebrar la prosperidad familiar. Hijos, nietos y bisnietos, de este matrimonio se han dispersado entre Brasil y Argentina. No obstante, acuden sin excusas a la afamada fiesta de los Bragagnolo.
Sin duda esta es una tradición digna de imitarse. Celebrar la vida, la familia, la tradición. En esta fiesta las historias brotan de las bocas y los corazones de los mayores, pero se replican en la vida de quienes continúan hilando la red familiar. No solo por la gratitud hacía quienes iniciaron el recorrido, sino por las enseñanzas compartidas, las creencias inculcadas, y el apoyo mutuo.
En esta fiesta de los Bragagnolos, itMisiones se permite acompañar en el sentimiento a esta familia. Y recordar a los lectores, que la misión de esta red de italianos en el mundo, es conectarnos, encontrarnos y celebrarnos.
Molto interessante!